Los treinta y seis piadosos

 

Los treinta y seis piadosos

 (LAMED VAV TZADIKIM)

 

 

Subiste al Monte

Sagrado de las revelaciones

para abrigarme del pecado mortal.

Fuiste mi escudo,

cuando la dureza era una urgencia

y el deceso una trampa;

clamé tu nombre

y llegó hasta tus oídos dignos

de otra suerte

mi voz como un torrente;

y el cielo con su engaño

nos cobijó en resplandores

altaneros.

Gracias, Señor.

Treinta y seis piadosos se erigen

en jueces impolutos

y adiestran sus espadas

desdeñando las fortalezas

y debilidades del reino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los sicarios…

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